lunes, 31 de agosto de 2009

El regalo que no sabía que se podía regresar.

Él un día me lo pidió. Dijo que le parecía bonito, que le era adecuado y conveniente. Era lo que él buscaba. ¿Qué mejor regalo para alguien que lo tiene todo?

Yo se lo dí. Me pareció que era la persona adecuada para poseerlo. Nunca se lo había dado a alguien, pero el no dudo en pedírmelo y eso me convenció. Creo que se gustaron desde siempre, desde antes, desde el mismo principio de los tiempos. Era lo que esperaba que fuera. Creo que siempre pensé que lo cuidaría bien, así como yo lo cuidé mientras me perteneció.



Así pasó entonces; le perteneció tanto, le sirvió siempre, lo adoró como nunca. Él le correspondió, le dio el suyo, lo cuido tanto, como se lo había pedido antes:

-Te lo doy pero no lo dañes, no lo lastimes, nunca lo hagas sufrir ni llorar. Quiero que lo alimentes todos los días, que sea tan importante en tu vida como en la mía, porque es mi vida.

Él lo juro: "Juro cuidarlo y protegerlo para siempre. Juro amarlo para siempre. Lo cuidaré para siempre como mi mayor tesoro"
Pasó el tiempo, ese juramento se desgasto como los papeles que una vez firmamos. Ese regalo que una vez le hice se fue marchitando, desgastando, sufriendo; tenía dolor, estaba enfermo de dolor. Cuando más enfermo estaba, él lo pisoteaba con más fuerza. Entre más tiempo pasaba, más se desangraba.

Llego un día que tuvo la franqueza de decirme que ya no quería ni podía cuidarlo; que le habían obsequiado un corazón nuevo, fresco y tibio. Sí!, no como el mío. ¿Para qué querría el mío? Dijo que el mío se había vuelto frío, viejo, desgastado, sin la furia de una sangre ardiente que renueva en cada día. Pero como sí ya no tenía sangre, ni siquiera renovaba lo que le quedaba.

Yo lo tome y me quede de nuevo con él. Lo lleve conmigo, suture sus heridas y esperé que sanará. Para algún día volverlo a regalar.

Que ingenua! No sabía que se podía regresar, así como algún día se lo dí...


Al corazón.

7 comentarios:

kole dijo...

Me dejaste con la boca totalmente abierta. escribes muy bien directo al corazon claro y consiso.

ME ENCANTA.

Ela dijo...

te has calado en mis huesos esta vez...
debe ser que ando hipersensible...
todo regresa.... todo

Anónimo dijo...

Así es... todo puede regresar.

Un beso.

Barneypx dijo...

nO puede ser soy un cohicno mal pensado :(

LA GORDA dijo...

tambien ud, se le ocurre regalarlo.
eso no se entrega!!
se comparte en la misma mesa.
diga que lo recupero!
y me pego un baño, me corto las uñas, me cepillo los dientes, me saco las pantuflas no me dejo las pantuflas...y...
en serio que quiere que le mande el archivo de musica? no lo pudo escuchar? digame se lo envio!

ANYELYT dijo...

Genial lindo post, consiso en verdad transmites muy bien niña saludos gracias por tu visita a mi blog espero leer pronto tu post.
SALUDOS niña.

Pablo Vargas dijo...

Niña que bien expresas el sentimiento, lo conozco a la perfeccion, es duro cuando entregamos lo más preciado y vemos como este se marcha de nuestro lado cuando menos lo pensamos.

Lo importante es la capacidad que tengamos para retomarlo y volver a pulirlo, guardarlo bien, y entregarlo en el momento necesario.

Cuidate preciosa, un abrazo!